lunes, 15 de junio de 2009

II.- Revolución política: Emancipación y Equilibrio

La acción política del Libertador se encamina en su momento inagural hacia dos labores previas. Si fuera necesario distinguirlas con sendas palabras serían ellas, para la primera: emancipación; para la segunda: equilibrio.

Estos dos objetivos que integran la primera fase del esfuerzo bolivariano se conjugan con otras aspiraciones revolucionarias paralelas y complementarias, en el ín supremo de la Independencia.
El propósito político del comienzo, la emancipación, es parte esencial del ideal revolucionario que a largo plazo busca la redención creativa de la nacionalidad hispanoamericana; en ese momento el asunto es la obtención de la autonomía; conseguir que nuestro mundo neo-hispano ya bastante definido aunque menor de edad a pesar de sus tres siglos, lograra el derecho de regirse y de hacerse, de disponer de su suertte y elegir su vía. La hora no podía ser de vacilación. A los escépticos Bolívar les diagnostica: "esas dudas son tristes efectos de antiguas cadenas", II-993. Con firmeza convoca a la obra grande que supere los límites de la parroquia nacional: "Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad suramericana", II-993. Bolívar se afana en su inicial instante por fundar y construir materialmente, para luego, en la hora segunda, hacerlo espiritualmente. La cuestión de la forma nunca logra pasar a un discreto plano secundario. Al aspecto material de la emancipación consagra las tres cuartas partes de su ciclo heroico. (1)
La suerte estaba echada desde el juramento ante el maestro Rodríguez en Roma. La Sociedad Patriótica en 1811 servirá de tribuna para su evangelio autonomista: contra la subordinación a la corona española, contra la opresión y el despotismo. Nada le detiene en su anhelo de acercarse a la más sublime esencia de la perfección política. La libertad -estima- es el "único objeto digno del sacrificio de la vida de los hombres", II-1078. Consciente del mérito de su decisión dirá: "siempre es grande, siempre es noble, siempre es justo conspirar contra la tiranía, contra la usurpación y contra una guerra desoladora e inicua", I-492. Y repetirá más adelante ç, con claro conocimientos de los riesgos y estimulando a los seguidores de su causa: "Es laudable, es noble y sublime, vindicar la naturaleza ultrajada por la tiranía: nada es comparable a la grandeza de este acto y aun cuando la desolación y la muerte sean el precio de tan glorioso intento, no hay razón para condenarlo, porque no es lo asequible lo que se debe hacer, sino aquello a que el derecho nos autoriza", II-1069.
A la agonizante estructura del colonialismo despótico opone Bolívar la estructura de la Independencia, y su presupuesto básico: la emancipación. La Escuela Tradicional en su empecinamiento de no ver sino al Bolívar guerrero y político, ha venido confundiendo Emancipación e Independencia. Emancipación alude exclusivamente a lo político inmediato, como ya se ha indicado. La Independencia en Bolívar tiene un alcance mayor del que ordinariamente se le ha reconocido. Insistimos en que para Bolívar, independencia es un vocablo socio-histórico que resume toda la tarea de creación y libertad de América. Independencia para él es: separación del imperio español, edificación jurídica de un continente libre, absoluta soberanía económica, realización integral de la justicia, inspiración constante en la moral. "No basta que nuestros ejércitos sean victoriosos: no basta que los enemigos desaparezcan de nuestro territorio, ni que el mundo entero reconozca nuestra Independencia; necesitamos aún más, ser libres bajo los auspicios de leyes liberales, emanadas de la fuente más sagrada, que es, la voluntad del pueblo", II-1126. En realidad concibió la independencia como una empresa tan dilatada que no podía ser obra de una sola generación. La lucha por la independencia así entendida -"sustituida a cuantas dependencias antes nos encadenaban", II-1106- no ha acabado ni da muestras de ser concluida a breve plazo, Bolívar hizo el plan y empezó a realizarlo. Su mérito está en la concepción orgánica y en la culminación de la primera etapa; nadie ha visto a nuestra América con la mirada de síntesis suya. Nadie dirigió y consiguió mayor avance en la obra común. (2)
Una sinopsis del extenso programa unitario, implícito en su acción global ya la hemos formulado así:
Revolución política: por la emancipación frente a la metrópoli hispana.
Revolución económica: por la aproximación a la estructura del salariado; por la justicia económica y el disfrute de los americanos de los bienes propios del suelo que les pertenece.
Revolución social: por la abolición de la esclavitud, de los privilegios y de las barreras estamentistas; por el afianzamiento de la igualdad.
Revolución jurídica: por la Creación del Derecho Americano.
Revolución histórica: por la mística de acción y la existencia de un programa de paz y armonía universal en una sociedad segura de su destino.
Revolución espiritual: por el triunfo de la moral.

Jamás se diseño una obra de mayor pureza y coherencia revolucionarias.
También es revolucionario, pero en la medida que impone la lógica histórica, el propósito bolivariano del equilibrio. Rotos los lazos de la dependencia política, hay necesidad de estabilizar la obra, es preciso entonces echarle a andar por las rutas del tiempo para ir conquistando sucesivamente las otras cumbres, sobre cada una de las cuales será sembrado un cimiento de la inmensa arquitecura. Es el momento de defender lo que se consiguió a tan alto precio, y sin pausas continuar hasta el fin. La autonomía fue el único bien que se adquirió a costa de todos los demás, por eso se comprende que la estrategia sea establecer sólidamente los jóvenes estados y enderezarlos hacia los otros objetivos complementarios.

Es de equilibrio este paso segundo del trabajo bolivariano, porque en muchos aspectos de estabilidad y la creación de permanencia que a él preocupan, se expresan en una situación de balance u oscilación entre dos tendencias; juego de dos elementos, con la mira en un sitio equidistante de los extremos. Tal es la intención de encontrar el justo punto medio entre la ley y ya realidad social; entre el gobierno y el pueblo; entre los cambios y la estabilidad.

Bolívar tiende a una situación de equilibrio entre la ley y la realidad colectiva; equilibrio que se traduce en aproximada ecuación. Todas las circuntancias deben estar reflejadas en la norma jurídica que, al mismo tiempo, debe contener la pauta de adelanto; nunca debe divorciarse el Derecho de su soporte social e histórico. La ley es instrumentode progresosobre la tímida y conservadora fijeza de la costumbre, pero la ley no ha de remontarse a esferas utópicas desvinculadas de su realidad; entre el Derecho -regla de avance- y la realidad que va a ser regida, el ideal es el equilibrio.

Los términos actuantes de la relación política son la sociedad y su órgano conductor: pueblo y gobierno. También entre esos elementos busca Bolívar el equilibrio: los ciudadanos deben gozar de todas las garantías, de toda la libertad e igualdad legales que son posibles, y el gobierno debe ser respetado, y estar afianzado en situación que a su vez le permita hacer respetar la voluntad colectiva. Son dos entes en plano de equiparación;y esa equiparación es factible por la norma jurídica que dibuja dos círculos secantes: el de los deberes y derechos de los ciudadanos y el de las facultades del gobierno.

El Derecho es el instrumento realizador del equilibrio bolivariano; como regla objetiva puede ser concebida y expresada con indesviable preocupación de imparcialidad. A los representantes populares toca hallar la fórmula; como legislador él se atreve a insinuar soluciones.

Igualmente aspira al equilibrio entre la anarquía y la tiranía, grave problema; opresión o desorden es el dilema y Bolívar dice: ni opresión ni desorden. Ni anarquias ni tiranías monócratas, I-170. Entre ambos términos como posibilidad de compensación, está el gobierno popular, republicano, centralista. Para salvar ambos escollos está la Constitución que detiene a la colectividad en sus excesos, y frena a la autoridad en sus desmanes, a la vez que es vehículo de educación y crisol de disciplina cívica. (3)
Entre los cambios y la estabilidad también quiere el Libertador encontrar el equilibrio creador, es decir, la supervivencia de la autonomía y la paulatina y segura cristalización de su obra. No permitir retrocesos históricos ni que la obra revolucionaria se niege a si misma, no caer muy abajo por aspirar demasiado alto; seguridad; limar; podar, corregir lo viejo, extirpar lo dañoso. Salvar lo que se puede del naufragio y abrir cuenta nueva hacia el porvenir. Equilibrio creador, es la consigna. "Conciliar la existencia de la república, los derechos de los ciudadanos, la firmeza del poder, la estabilidad de las instituciones, dar al pueblo toda la suma de dicha y de libertad, y al gobierno toda la energía y fuerza posibles, sin conmociones escandalosas que nos hagan débiles en lo interior y censurables en lo exterior" I-1404, I-1413. Su camino es el de los genuinos revolucionarios: destruir un sistema nocivo, sustituirlo por el que el pueblo anhela y defenderlo de todas las acechanzas.
1.- Al equilibrio, es decir, a la construcción formal, dedica Bolívar el último cuarto de su ciclo. Del año 1810 al 25 va a la primera etapa que se inicia en Caracas el 19 de abril y concluye en el Callao con la rendición de Rodill (enero, 1826).
2.- Sobre las características del sistema colonial en todos sus aspectos, ver Memorias del General Daniel Florencio O'Leary: Narración. Imprenta Nacional. Caracas, 1952. Tomo I, págs. 26 y siguientes.
3.-"Para formar un Gobierno estable se requiere la base de un espíritu nacional, que tenga por objeto una inclinación uniforme hacia dos puntos capitales, moderar la voluntad general y limitar la autoridad pública; los términos que fijan teóricamente estos dos puntos, son de difícil asignación; pero se puede concebir que la regla que debe dirigirlos, es la restricción, y la concentración recíproca a fín de que haya la menos frotación posible entre la voluntad y el Poder legítimo. Esta ciencia se adquiere insensiblemente por la práctica y por el estudio. El progeso de las luces es el que ensancha el progreso de la práctica, y la rectitud del espíritu es la que ensancha el progreso de las luces", II-1149. Véase también II-1253.

1 comentario:

socidepro dijo...

BOLÍVAR PRESENTE EN LAS CONCENTRACIONES DEL 30 DE MAYO.
ººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººº

EL AMOR A LA PATRIA TRASCIENDE LA CUMBRE MÁS ALTA
DE TODA SU OBRA SUPERIOR COMO LIBERTADOR.

LA PATRIA NOS FORMA COMO SERES HUMANOS COMPLETOS:
SANGRE, CARNE, NERVIOS, SENTIMIENTOS,EMOCIONES,
RECUERDOS ;Y ES EL LUGAR DONDE OBTENEMOS EL ESPÍRITU.

POR ESO CONSAGRARNOS POR HACER CADA VEZ UNA PATRIA
SUPERIOR SE TRANSFORMA EN UN DEBER Y DERECHO PARA
LOGRAR NUESTRA REALIZACIÓN PLENA CON AMOR INTENSO.

LA PATRIA ES EL HOGAR DE LOS CIUDADANOS QUE SON
AMPARADOS EN SUS DERECHOS HUMANOS SIN DISCRIMINACIÓN
Y QUIENES CUMPLEN SUS DEBERES EN CORRESPONDENCIA.

EL IDEAL DE DEMOCRACIA SE TRANSFORMA EN UN PRINCIPIO
DE CORRESPONSABILIDAD ENTRE EL ESTADO Y LA
SOCIEDAD CIVIL ORGANIZADA PARA OBTENER TODOS
LOS FINES Y ACTUANDO EN TODOS LOS ÁMBITOS.

Y SU SENTIDO DE LA POLÍTICA BASADO EN LA ÉTICA Y
EN LA CONDUCTA DE RECTITUD EN TODO, LO DIFERENCIA
DE LOS APÁTRIDAS, LOS CORRUPTOS Y LOS DEMAGOGOS.
NADA QUE VER CON LOS APÁTRIDAS QUE HOY GOBIERNAN.

ºººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººº

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HIJO DE LA GLORIA Y
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